La Subsecretaría de Producción Agropecuaria y Forestal del Ministerio de Economía otorgó a cinco innovadores desarrollos, la certificación de «Bioproductos Argentinos» Estos reconocimientos se enmarcan en una iniciativa que busca destacar productos con un origen predominantemente biobasado, promoviendo así la sostenibilidad y la economía circular en diversas industrias del país.
¿Qué es un bioproducto argentino?
Un Bioproducto Argentino es un producto nacional (insumos agrícolas, cosméticos, textiles, biomateriales, etc.) elaborado con al menos un 60% de materia prima renovable del sector agroindustrial, que destaca por su innovación y contribuye a la sostenibilidad, promoviendo la bioeconomía y el valor agregado local en Argentina. Es una distinción oficial otorgada por el gobierno para identificar estos productos biobasados y sostenibles, diferenciándolos de los derivados del petróleo.
Innovación en envases y biopolímeros:
Dos de estas certificaciones fueron otorgadas a la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), a desarrollos de la Doctora Mercedes Peltzer. Por un lado, «Etiquetas inteligentes a base de gránulos de kéfir y residuos de yerba mate»; etiquetas que permiten monitorear el estado de productos alimenticios mediante un cambio de coloración que indica variaciones en el pH del alimento. Su composición natural garantiza la biodegradabilidad, y el contenido de material biobasado no debe ser inferior al 92%. El segundo desarrollo consiste en «Películas de levadura residual cervecera». Un biopolímero que busca ofrecer una alternativa ecológica al plástico convencional. Sus aplicaciones incluyen la protección de cultivos al limitar la evaporación de humedad del suelo, son aptas para la producción hidropónica y sus películas deben contener un mínimo del 83% de material biobasado.
Sensores inteligentes para la seguridad alimentaria
Otra de las certificaciones otorgadas sigue la misma línea de las etiquetas inteligentes. Se trata de la «Bioetiqueta sensor colorimétrico de pH», un proyecto fruto del trabajo de las Doctoras Marina Verónica Gutiérrez, de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y Graciela Corbino, del INTA San Pedro. Se basa en antocianinas incrustadas en una matriz de polímero de almidón, que le permite virar de color ante cambios de pH en alimentos frescos. Su utilización permitiría el aprovechamiento de descartes agroindustriales y un bajo costo de elaboración. Este producto garantiza un 100% de material biobasado.
Construcción sostenible con materiales innovadores
El sector de la construcción también se beneficia de estos avances. Se certifica el «Panel para construcción de cartón, sustrato y micelio», desarrollado por la Doctora Natalia Fernández en colaboración con el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CCT CONICET NOA Sur y Asociación de Vivienda Económica). Este trabajo surgió de la investigación de alternativas a los plásticos convencionales, utilizando biopolímeros fúngicos obtenidos del cultivo de micelio de hongos. El resultado son placas resistentes, livianas y con excelente aislación térmica. Este panel debe contener un 100% de material biobasado. Y, por último, se distinguen las «Placas con cáscara de maní», una investigación de la Doctora Mariana Pilar Gatani, del Centro de Investigaciones y Transferencia de Villa María y el CCT CONICET NOA Sur. Este desarrollo busca reutilizar descartes agroindustriales y ofrecer un material con menor impacto ambiental. Estas placas deben contener un mínimo del 90% de material biobasado.

